Las “formen” es un texto muy difícil de entender, esto debido a que Marx lo propone como parte de un proyecto más general y ambicioso. Espero haya acertado en alguna aclaración y pueda servir como motivación para leer el texto mismo.
En este breve pero denso texto, Marx nos presenta sus reflexiones sobre algunas formaciones económicas de la sociedad anteriores al capitalismo. En ellas nos trata de formular el contenido de la historia en su aspecto más general, este contenido es lo que el denomina: progreso.
Según Marx, el hombre movido por sus diversas necesidades entabla una interacción con la naturaleza, no de modo pasivo, sino plenamente activo, transformador; en otros términos, los hombres trabajan, modifican, crean su medio natural y la vuelven social.
En tal sentido, la primera división parte por realizar importantes observaciones al sistema productivo asiático. En ella la producción se limita a la satisfacción de la comunidad y cualquier “excedente”, es consumido sin intenciones de “inversión”. Por ello, Marx aclara que las sociedades asiáticas no son propiamente sociedades de clases, o si lo es, lo es en un sentido muy primitivo.
Otra forma de sociedad, es aquella que conlleva al surgimiento de la ciudad, cuyas características principales son un marcado dinamismo expansionista. Siendo la esclavitud el pilar de su economía, aunque por sus limitaciones ello de paso posteriormente al feudalismo.
La tercera forma de sociedad es aquella que Marx denomina germánica, es decir, sociedades cuyas casas individuales mantienen una preponderancia en la producción doméstica. Tales casas sólo mantienen un vínculo entre sí por razones religiosas o en casos de conflictos con otras tribus.
Un punto importante que se debe resaltar, es el hincapié que hace Marx al proceso de individualización del hombre que lo vincula con los diferentes estadios de la historia. En otros términos, dicho proceso no es más que la manifestación de los niveles evolutivos de la propiedad privada.
Así mismo, Marx esboza minuciosamente las etapas que constituyen esta evolución económica de las sociedades. A saber, las formaciones sociales asiáticas, antiguas, feudales y burguesas.
Marx resalta el aspecto progresivo en cada una de dichas etapas, aunque tal “progreso” esta siempre en función sólo en la medida de cuanto libera al hombre de su dependencia del medio natural o social (tribu, aldea, etc.).
Posteriormente, Marx investiga el dinamismo de los sistemas antes mencionados, es decir, trata brevemente, tanto sus orígenes como las causas de la destrucción de dichas sociedades.
Por ejemplo, la sociedad asiática es desplazada por la fuerza del desarrollo del capitalismo. En el caso de las sociedades antiguas, su producción no orientada a la búsqueda y la generación de la riqueza, su diferenciación social (el ciudadano perdía su propiedad y con ello su ciudadanía) así como la esclavitud que practicaba lo condujeron al derrumbe histórico, es decir, por causas económicos sociales. Aunque de ello no se deriva según Marx, una necesidad en el advenimiento del feudalismo.
En lo referente al feudalismo, Marx no da mayores aclaraciones, en otras palabras, en ninguna de las páginas de las “Formaciones”, Marx nos brinda un análisis agudo de las contradicciones internas del feudalismo.
Se soslayan los puntos referentes a la servidumbre y a la esclavitud. Sin embargo, Marx resalta el papel de los comerciantes y artesanos urbanos, quienes van diferenciando con nitidez y fuerza la división del trabajo de modo considerablemente distinto a las sociedades antiguas. Generando con ello las condiciones para que los individuos se conviertan en mano de obra libre.
Así, el feudalismo inicia su desintegración con el crecimiento del comercio y el surgimiento de una clase trabajadora asalariada (campesinos libres). Pero Marx aclara que el posterior surgimiento del capitalismo sólo fue posible por la conjunción de tres fenómenos que ya se manifestaban en el feudalismo, a saber, una estructura social rural, el desarrollo artesanal urbano y la acumulación de riqueza monetaria derivada del comercio y la usura, aunque no por ello, esto último sea denominado propiamente capital.
Aunque es de notar según Marx, que el trabajo artesanal genera una potencial separación entre el trabajo y las otras condiciones de producción, expresando con ello un mayor grado de individualización, trayendo consigo el concepto de “trabajo libre”.
De este modo, la disolución de la servidumbre y el surgimiento de las manufacturas convierten gradualmente a todas las formas de producción, en producción capitalista, que a su vez supone la existencia de un mercado masivo.
En las ciudades se haya presentes los jornaleros que ofertan su trabajo en las grandes manufacturas, en donde el capitalista no se apropia de él sino de su trabajo. Con ello se va generando una clase de trabajadores asalariados denominados proletarios, a la que las grandes manufacturas-movidos por las necesidades de un mercado interno se ven obligadas a perfeccionar sus métodos productivos a fin de satisfacer las crecientes demandas.
viernes, 28 de agosto de 2009
Contribución a la Crítica de la Economía Política
A continuación les presento un resumen de mi lectura del texto antes mencionado. Al igual que los textos anteriores, el grado de abstracción y de dificultad no me ha permitido una lectura nada fácil. Sin embargo, los temas abordados por Marx hacen que uno se involucre en la problemática y de alguna u otra forma capte la intención del filósofo alemán. Espero les sirva de algo.
Al apreciar el modo mediante el cual Marx aborda los diversos problemas económicos, en este caso el método de la economía política; notamos el giro revolucionario con el cual plantea sus puntos de vista en comparación a sus predecesores e incluso sus contemporáneos.
Es decir, según Marx, la actividad productiva no puede entenderse como la actividad de un individuo o de individuos aislados.
Para Marx toda producción, es una producción social. De ahí que su misma actividad productiva esté socialmente determinada, en otras palabras, la actividad productiva del hombre debe pensársela socialmente aunque en la práctica adquiera modos particulares.
El estudio que Marx emprende de algunas obras burguesas, por ejemplo, “El contrato social” de Rousseau, nos hace ver la ingenua tesis de estos ideólogos que sostienen que la edad moderna genera, crea, “individuos autónomos”; individuos sin ningún tipo de vínculo sea natural o social.
Según estos, toda forma de relación social aparece mediada por intereses contingentes personales o colectivos.
Tal forma de abordar la cuestión para Marx resulta una conciencia alienada de su propio ser.
Tales concepciones son puestas en cuestionamiento por Marx al notar los diversos modos productivos en los cuales se desenvuelve el hombre dentro del sistema capitalista. Sistema que desplaza toda forma de coerción feudal para reemplazarla por la explotación asalariada propia de la burguesía consolidada.
En tal sentido, Marx enfatiza la idea de que el hombre debe ser estudiado como resultado de un proceso histórico, es decir como el producto de un determinado proceso histórico.
Es así que sólo en el capitalismo puedan surgir categorías como la “sociedad civil”, es decir la “libre concurrencia” de individuos “autónomos y aislados”, debido pues, a que el capitalismo es o representa una sociedad cuyas condiciones materiales, y por lo tanto, sus relaciones sociales, han alcanzado niveles altos de desarrollo.
Por ello cuando Marx menciona en su Introducción esta idea de “eternización de relaciones de producción histórica”, se refiere básicamente a las categorías y teorías de sus predecesores o contemporáneos que tienden a eternizar o poner bajo términos “naturales” una determinada relación de producción.
De esta forma, Marx se ve en la necesidad de criticar el método de tales teorías, en este caso el de la economía política desarrollada hasta su época, reflexionando por ejemplo sobre la categoría de “producción”, llegando a sostener que no es adecuado hablar de una producción “en general”, dado que ello nos generaría serias limitaciones si quisiéramos estudiar una determinada fase histórica de producción concreta.
De esto resulta que según el parecer de Marx, hablar de “producción en general” nos remite a categorías esenciales de toda y cualquier producción, pero sin referirse a ninguna en concreto.
La “producción en general”, entendida como categoría mental, es sólo una abstracción. Sobre todo porque deja de lado las particularidades de cada etapa de la producción. Pero resulta ser una abstracción con sentido dado que resalta lo común. Aunque “lo común” sólo tenga una existencia mental.
Esta reflexión es tomada en cuenta de modo muy agudo cuando evalúa la creación de la riqueza. Según Marx la riqueza se crea “tanto más fácilmente cuanto mayor sea el grado en que existan objetiva y subjetivamente los elementos que la crean”.
Marx usa el concepto “grado de existencia” cuando hace referencia a los elementos que permiten crear la riqueza. Es decir, el mayor o menor grado de existencia facilita o disminuye la creación de algún elemento.
Se trata así, de condiciones subjetivas cuyo grado de existencia permiten crear la riqueza, es decir, una realización concreta. Aunque agrega Marx que si bien pueden existir ambas condiciones necesarias para la creación de riqueza, estas pueden existir en grados no suficientes. Conllevando a que no se de una realización concreta o bien se produce de otra forma o conduce a un proceso de “avance y retroceso” del devenir productivo-histórico.
Al apreciar el modo mediante el cual Marx aborda los diversos problemas económicos, en este caso el método de la economía política; notamos el giro revolucionario con el cual plantea sus puntos de vista en comparación a sus predecesores e incluso sus contemporáneos.
Es decir, según Marx, la actividad productiva no puede entenderse como la actividad de un individuo o de individuos aislados.
Para Marx toda producción, es una producción social. De ahí que su misma actividad productiva esté socialmente determinada, en otras palabras, la actividad productiva del hombre debe pensársela socialmente aunque en la práctica adquiera modos particulares.
El estudio que Marx emprende de algunas obras burguesas, por ejemplo, “El contrato social” de Rousseau, nos hace ver la ingenua tesis de estos ideólogos que sostienen que la edad moderna genera, crea, “individuos autónomos”; individuos sin ningún tipo de vínculo sea natural o social.
Según estos, toda forma de relación social aparece mediada por intereses contingentes personales o colectivos.
Tal forma de abordar la cuestión para Marx resulta una conciencia alienada de su propio ser.
Tales concepciones son puestas en cuestionamiento por Marx al notar los diversos modos productivos en los cuales se desenvuelve el hombre dentro del sistema capitalista. Sistema que desplaza toda forma de coerción feudal para reemplazarla por la explotación asalariada propia de la burguesía consolidada.
En tal sentido, Marx enfatiza la idea de que el hombre debe ser estudiado como resultado de un proceso histórico, es decir como el producto de un determinado proceso histórico.
Es así que sólo en el capitalismo puedan surgir categorías como la “sociedad civil”, es decir la “libre concurrencia” de individuos “autónomos y aislados”, debido pues, a que el capitalismo es o representa una sociedad cuyas condiciones materiales, y por lo tanto, sus relaciones sociales, han alcanzado niveles altos de desarrollo.
Por ello cuando Marx menciona en su Introducción esta idea de “eternización de relaciones de producción histórica”, se refiere básicamente a las categorías y teorías de sus predecesores o contemporáneos que tienden a eternizar o poner bajo términos “naturales” una determinada relación de producción.
De esta forma, Marx se ve en la necesidad de criticar el método de tales teorías, en este caso el de la economía política desarrollada hasta su época, reflexionando por ejemplo sobre la categoría de “producción”, llegando a sostener que no es adecuado hablar de una producción “en general”, dado que ello nos generaría serias limitaciones si quisiéramos estudiar una determinada fase histórica de producción concreta.
De esto resulta que según el parecer de Marx, hablar de “producción en general” nos remite a categorías esenciales de toda y cualquier producción, pero sin referirse a ninguna en concreto.
La “producción en general”, entendida como categoría mental, es sólo una abstracción. Sobre todo porque deja de lado las particularidades de cada etapa de la producción. Pero resulta ser una abstracción con sentido dado que resalta lo común. Aunque “lo común” sólo tenga una existencia mental.
Esta reflexión es tomada en cuenta de modo muy agudo cuando evalúa la creación de la riqueza. Según Marx la riqueza se crea “tanto más fácilmente cuanto mayor sea el grado en que existan objetiva y subjetivamente los elementos que la crean”.
Marx usa el concepto “grado de existencia” cuando hace referencia a los elementos que permiten crear la riqueza. Es decir, el mayor o menor grado de existencia facilita o disminuye la creación de algún elemento.
Se trata así, de condiciones subjetivas cuyo grado de existencia permiten crear la riqueza, es decir, una realización concreta. Aunque agrega Marx que si bien pueden existir ambas condiciones necesarias para la creación de riqueza, estas pueden existir en grados no suficientes. Conllevando a que no se de una realización concreta o bien se produce de otra forma o conduce a un proceso de “avance y retroceso” del devenir productivo-histórico.
miércoles, 10 de junio de 2009
Resumen del manifiesto comunista
Bueno, aquí les presento el resumen de uno de los textos más leídos de Marx, sea para aprender algo de él o ya sea para criticarlo . En fín, cual fuere la actitud y el motivo de su interés para leerlo, el caso es que muchas de las ideas vertidas en el texto nos desconciertan si las intentamos contextualizar ( evitando anacronismos claro está). Quizás pocos reconozcan la fuerza de apertura que pueda generar la lectura de éste texto, sobre todo en el ámbito político. Es obviamente una apreciación personal extraída de mis lecturas y que por supuesto están sujetas a objeciones. Cualquier sugerencia,duda o aclaración será bienvenida.
I
Burgueses y proletarios
Es para Marx y Engels la “lucha de clases”, lo que hace posible el dinamismo de la historia. Prueba de ello son las clases opuestas generadas en cada etapa de la historia: “Hombres y esclavos, patricios y plebeyos, señores y siervos etc.” En otros términos, una sociedad constituida por dos clases antagónicas, opresores y oprimidos.
En el s. XIX Marx y Engels distinguen dos clases antagónicas, a saber, el proletariado y la burguesía,clases con existencia notoriamente marcadas dentro de la estructura social.
Son los descubrimientos geográficos, los intercambios comerciales, el progreso científico, entre otros acontecimientos lo que permitió abrir nuevas expectativas tanto en la navegación, el comercio como en la industria.
Este gran movimiento preparó el surgimiento de la burguesía: “este desarrollo influyó, a su vez, en el auge de la industria, y a medida que se iban extendiendo la industria, el comercio, la navegación y los ferrocarriles, desarrollábase la burguesía, multiplicando sus capitales y relegando a segundo termino a todas las clases legadas por la edad media”.
Junto con el desarrollo económico alcanzado por la burguesía está la conquista del “poder político”, es decir,el control del estado; que traducido en la práctica “no es más que una junta que administra los negocios comunes de toda la clase burguesa”. He aquí la nueva función que adquiere el “gobierno del estado moderno” según Marx y Engels.
Justamente en ello radica “el papel revolucionario” asumido por la burguesía, papel que lo llevo a “destruir las relaciones feudales” de dependencia para dar paso al trato frió entre los hombres movidos por el interés, haciendo de la “dignidad personal un simple valor de cambio”.
En palabras de Marx y Engels, la burguesía: “en lugar de la explotación velada por ilusiones religiosas y políticas, a establecido una explotación abierta, descarada, directa y brutal”. Sin embargo, dichos cambios no serian posibles sino promueven la constante “revolución de los instrumentos de producción y, por consiguiente las relaciones de producción, y con ellos todas las relaciones sociales”.
De ésta manera, la burguesía adquiere entre otros caracteres, el cosmopolitismo; busca expandirse para dar salida a sus productos y fomentar el consumo. Así, la burguesía se forma un mundo “a su imagen y semejanza”.
Este desarrollo de la burguesía en el ámbito económico, político y social resulta tan fuerte que ella misma va perdiendo control sobre sus fuerzas ,quedando solo como medio de contención, la necesidad de buscar más mercados, de explotar más a las masas productivas; y ello solo es posible generando crisis extensas y muy violentas, casi imposibles de prevenirlas.
Empero, así como la burguesía levanto sus puños contra el feudalismo, ahora esos “puños” se vuelven contra ella, y esos puños-según Marx y Engels- son los puños del “hombre moderno”, es decir, del proletariado.
Estos hombres modernos despojados de los medios de producción se ven obligados a vender su fuerza de trabajo que es lo único que poseen para poder vivir (aunque en el capitalismo de los últimas etapas será mejor decir : sobrevivir) .No obstante, la maquinización de la producción lo ha relegado a ser un “apéndice de la maquina”, quitándole con ello toda capacidad creadora y obteniendo un salario no mayor del que le permita seguir subsistiendo.
El proletariado, debe sin embargo reaccionar frente a esta situación, pero en las primeras etapas de su “despertar” aun no “combate contra sus propios enemigos, sino contra los enemigos de sus enemigos”, siendo así la condición del proletario inconsciente de su situación y de su desorganización.
Pero las constantes contradicciones del sistema burgués no solo aumentan en número a la clase de los proletarios, sino que al empeorar su situación, terminan por tomar conciencia de su situación con las propias “armas” que les brindan la burguesía y comienzan a organizarse, a formar asociaciones, listos para responder al ataque del burgués capitalista.
En estas luchas del proletariado, no es la victoria inmediata lo que más importa, sino la expansión de una consigna de unidad entre los obreros, la concientizasión de la clase trabajadora, el reconocimiento de pertenencia a una clase que en busca de sus intereses debe confrontarse con la burguesía. Ello a de devenir en una lucha no por pequeñas reivindicaciones sino en una lucha política abierta donde se busque su reconocimiento como clase y todo lo que ello implica.
De esta manera, todo lo creado e impuesto por la burguesía como “las leyes, la moral, la religión, son para el proletario meros prejuicios burgueses, detrás de los cuales se ocultan otros tantos intereses de la burguesía”.
Marx y Engels ven por lo tanto la existencia de la burguesía, incompatible con la sociedad porque ya “no es capaz de dominar, porque no es capaz de asegurar a su esclavo la existencia, ni siquiera dentro del marco de la esclavitud, porque se ve obligado a dejarle de caer hasta el punto de tener que mantenerle, en lugar de ser mantenido por él. La sociedad ya no puede vivir bajo su dominio”.
II
Proletarios y comunistas
Frente al movimiento de los proletarios, Marx y Engels, explican la posición de los comunistas. Plantean que ellos comparten los mismos intereses y objetivos que los movimientos proletarios. Solo que por su condición formativa, ellos poseen una visión clara y conjunta de las condiciones, marchas y resultados del movimiento proletario. Pero coinciden en sus objetivos inmediatos como la constitución del proletariado de clase, derrocamiento de la burguesía, etc.
Teóricamente, los comunistas expresan “las condiciones reales de una lucha de clases existente, de un movimiento histórico que se está desarrollando ante nuestros ojos” y que en la práctica buscan demostrarlo.
Para Marx y Engels, los comunistas buscan abolir la propiedad privada, pero la propiedad burguesa.
Esto en vista de que el trabajo asalariado practicado por la burguesía genera capital. En tal sentido, el antagonismo generado por ella, no conlleva a la idea herrada de querer abolir los medios de subsistencia del proletariado, sino abolir aquello que hacen que el capital se acreciente a costa de la miseria del proletariado.
En lo que sigue de esta segunda parte, Marx y Engels continúan desmitificando todas las interpretaciones incoherentes lanzadas contra el comunismo como la supuesta abolición por parte de los comunistas de los vínculos familiares, sobre la comunidad de las mujeres, acerca de la patria, etc.
Dichas ideas no buscan mas que confundir al proletario, ideas de los burgueses que buscan defender a toda costa sus intereses. Marx y Engels dicen al respecto “las ideas dominantes en cualquier época no han sido nunca más que las ideas de la clase dominante”.
Así los comunistas son aquellos que han de corregir las confusiones teóricas de los burgueses en aras del entendimiento claro de la situación real por parte del proletariado que ya junto con los comunistas comparten ideas revolucionarias.
Que buscan el cambio del estado de cosas presente “cuando se habla de ideas que revolucionan toda una sociedad, se expresa solamente el hecho de que en el seno de la vieja sociedad se han formado los elementos de una nueva, y la disolución de las viejas ideas marcha a la par con la disolución de las antiguas condiciones de vida”.
Concluye Marx y Engels con la necesidad de que el proletariado tome el poder político por la violencia y comience a desmoronar toda le estructura de dominación hecha por los burgueses basado en la propiedad privada. Ello con la finalidad de crear las condiciones necesarias para el cambio radical de todo el modo de producción y por ende de las condiciones de vida.
III
Literatura socialista y comunista
Esta parte del manifiesto esta orientada a criticar a los “socialismos”, de corte feudal, pequeño burgués, etc. Marx y Engels muestran como estos en la práctica poseen una doble moral.
Solo se identifican de palabra con el proletariado, pero cuando ven sus intereses afectados, salen a relucir sus verdaderas intenciones. A toda esa “ideología” producida por intelectuales o aficionados, Marx y Engels los denomina “literatura”, ya que en la praxis social, terminan negando el carácter revolucionario del proletariado y la posterior supresión del sistema burgués basado en la explotación.
Solo buscan salidas “pacificas”, o “reformas sociales”, pero manteniendo intacto la estructura económica basada en la acumulación del capital y el trabajo asalariado, es decir, en la explotación.
IV
Actitud de los comunistas respecto de los diferentes partidos de oposición
Marx y Engels terminan el manifiesto, reafirmando el apoyo incondicional de los comunistas a todo movimiento revolucionario que se levante contra el régimen social y político existente; buscando la unidad y el acuerdo entre los partidos democráticos y revolucionarios del mundo.
Los comunistas, sostienen Marx y Engels, ya no pueden vivir en la clandestinidad ni mucho menos ocultar sus ideas por el contrario “deben proclamar abiertamente que sus objetivos solo pueden ser alcanzados derrocando por la violencia todo el orden social existente”.
I
Burgueses y proletarios
Es para Marx y Engels la “lucha de clases”, lo que hace posible el dinamismo de la historia. Prueba de ello son las clases opuestas generadas en cada etapa de la historia: “Hombres y esclavos, patricios y plebeyos, señores y siervos etc.” En otros términos, una sociedad constituida por dos clases antagónicas, opresores y oprimidos.
En el s. XIX Marx y Engels distinguen dos clases antagónicas, a saber, el proletariado y la burguesía,clases con existencia notoriamente marcadas dentro de la estructura social.
Son los descubrimientos geográficos, los intercambios comerciales, el progreso científico, entre otros acontecimientos lo que permitió abrir nuevas expectativas tanto en la navegación, el comercio como en la industria.
Este gran movimiento preparó el surgimiento de la burguesía: “este desarrollo influyó, a su vez, en el auge de la industria, y a medida que se iban extendiendo la industria, el comercio, la navegación y los ferrocarriles, desarrollábase la burguesía, multiplicando sus capitales y relegando a segundo termino a todas las clases legadas por la edad media”.
Junto con el desarrollo económico alcanzado por la burguesía está la conquista del “poder político”, es decir,el control del estado; que traducido en la práctica “no es más que una junta que administra los negocios comunes de toda la clase burguesa”. He aquí la nueva función que adquiere el “gobierno del estado moderno” según Marx y Engels.
Justamente en ello radica “el papel revolucionario” asumido por la burguesía, papel que lo llevo a “destruir las relaciones feudales” de dependencia para dar paso al trato frió entre los hombres movidos por el interés, haciendo de la “dignidad personal un simple valor de cambio”.
En palabras de Marx y Engels, la burguesía: “en lugar de la explotación velada por ilusiones religiosas y políticas, a establecido una explotación abierta, descarada, directa y brutal”. Sin embargo, dichos cambios no serian posibles sino promueven la constante “revolución de los instrumentos de producción y, por consiguiente las relaciones de producción, y con ellos todas las relaciones sociales”.
De ésta manera, la burguesía adquiere entre otros caracteres, el cosmopolitismo; busca expandirse para dar salida a sus productos y fomentar el consumo. Así, la burguesía se forma un mundo “a su imagen y semejanza”.
Este desarrollo de la burguesía en el ámbito económico, político y social resulta tan fuerte que ella misma va perdiendo control sobre sus fuerzas ,quedando solo como medio de contención, la necesidad de buscar más mercados, de explotar más a las masas productivas; y ello solo es posible generando crisis extensas y muy violentas, casi imposibles de prevenirlas.
Empero, así como la burguesía levanto sus puños contra el feudalismo, ahora esos “puños” se vuelven contra ella, y esos puños-según Marx y Engels- son los puños del “hombre moderno”, es decir, del proletariado.
Estos hombres modernos despojados de los medios de producción se ven obligados a vender su fuerza de trabajo que es lo único que poseen para poder vivir (aunque en el capitalismo de los últimas etapas será mejor decir : sobrevivir) .No obstante, la maquinización de la producción lo ha relegado a ser un “apéndice de la maquina”, quitándole con ello toda capacidad creadora y obteniendo un salario no mayor del que le permita seguir subsistiendo.
El proletariado, debe sin embargo reaccionar frente a esta situación, pero en las primeras etapas de su “despertar” aun no “combate contra sus propios enemigos, sino contra los enemigos de sus enemigos”, siendo así la condición del proletario inconsciente de su situación y de su desorganización.
Pero las constantes contradicciones del sistema burgués no solo aumentan en número a la clase de los proletarios, sino que al empeorar su situación, terminan por tomar conciencia de su situación con las propias “armas” que les brindan la burguesía y comienzan a organizarse, a formar asociaciones, listos para responder al ataque del burgués capitalista.
En estas luchas del proletariado, no es la victoria inmediata lo que más importa, sino la expansión de una consigna de unidad entre los obreros, la concientizasión de la clase trabajadora, el reconocimiento de pertenencia a una clase que en busca de sus intereses debe confrontarse con la burguesía. Ello a de devenir en una lucha no por pequeñas reivindicaciones sino en una lucha política abierta donde se busque su reconocimiento como clase y todo lo que ello implica.
De esta manera, todo lo creado e impuesto por la burguesía como “las leyes, la moral, la religión, son para el proletario meros prejuicios burgueses, detrás de los cuales se ocultan otros tantos intereses de la burguesía”.
Marx y Engels ven por lo tanto la existencia de la burguesía, incompatible con la sociedad porque ya “no es capaz de dominar, porque no es capaz de asegurar a su esclavo la existencia, ni siquiera dentro del marco de la esclavitud, porque se ve obligado a dejarle de caer hasta el punto de tener que mantenerle, en lugar de ser mantenido por él. La sociedad ya no puede vivir bajo su dominio”.
II
Proletarios y comunistas
Frente al movimiento de los proletarios, Marx y Engels, explican la posición de los comunistas. Plantean que ellos comparten los mismos intereses y objetivos que los movimientos proletarios. Solo que por su condición formativa, ellos poseen una visión clara y conjunta de las condiciones, marchas y resultados del movimiento proletario. Pero coinciden en sus objetivos inmediatos como la constitución del proletariado de clase, derrocamiento de la burguesía, etc.
Teóricamente, los comunistas expresan “las condiciones reales de una lucha de clases existente, de un movimiento histórico que se está desarrollando ante nuestros ojos” y que en la práctica buscan demostrarlo.
Para Marx y Engels, los comunistas buscan abolir la propiedad privada, pero la propiedad burguesa.
Esto en vista de que el trabajo asalariado practicado por la burguesía genera capital. En tal sentido, el antagonismo generado por ella, no conlleva a la idea herrada de querer abolir los medios de subsistencia del proletariado, sino abolir aquello que hacen que el capital se acreciente a costa de la miseria del proletariado.
En lo que sigue de esta segunda parte, Marx y Engels continúan desmitificando todas las interpretaciones incoherentes lanzadas contra el comunismo como la supuesta abolición por parte de los comunistas de los vínculos familiares, sobre la comunidad de las mujeres, acerca de la patria, etc.
Dichas ideas no buscan mas que confundir al proletario, ideas de los burgueses que buscan defender a toda costa sus intereses. Marx y Engels dicen al respecto “las ideas dominantes en cualquier época no han sido nunca más que las ideas de la clase dominante”.
Así los comunistas son aquellos que han de corregir las confusiones teóricas de los burgueses en aras del entendimiento claro de la situación real por parte del proletariado que ya junto con los comunistas comparten ideas revolucionarias.
Que buscan el cambio del estado de cosas presente “cuando se habla de ideas que revolucionan toda una sociedad, se expresa solamente el hecho de que en el seno de la vieja sociedad se han formado los elementos de una nueva, y la disolución de las viejas ideas marcha a la par con la disolución de las antiguas condiciones de vida”.
Concluye Marx y Engels con la necesidad de que el proletariado tome el poder político por la violencia y comience a desmoronar toda le estructura de dominación hecha por los burgueses basado en la propiedad privada. Ello con la finalidad de crear las condiciones necesarias para el cambio radical de todo el modo de producción y por ende de las condiciones de vida.
III
Literatura socialista y comunista
Esta parte del manifiesto esta orientada a criticar a los “socialismos”, de corte feudal, pequeño burgués, etc. Marx y Engels muestran como estos en la práctica poseen una doble moral.
Solo se identifican de palabra con el proletariado, pero cuando ven sus intereses afectados, salen a relucir sus verdaderas intenciones. A toda esa “ideología” producida por intelectuales o aficionados, Marx y Engels los denomina “literatura”, ya que en la praxis social, terminan negando el carácter revolucionario del proletariado y la posterior supresión del sistema burgués basado en la explotación.
Solo buscan salidas “pacificas”, o “reformas sociales”, pero manteniendo intacto la estructura económica basada en la acumulación del capital y el trabajo asalariado, es decir, en la explotación.
IV
Actitud de los comunistas respecto de los diferentes partidos de oposición
Marx y Engels terminan el manifiesto, reafirmando el apoyo incondicional de los comunistas a todo movimiento revolucionario que se levante contra el régimen social y político existente; buscando la unidad y el acuerdo entre los partidos democráticos y revolucionarios del mundo.
Los comunistas, sostienen Marx y Engels, ya no pueden vivir en la clandestinidad ni mucho menos ocultar sus ideas por el contrario “deben proclamar abiertamente que sus objetivos solo pueden ser alcanzados derrocando por la violencia todo el orden social existente”.
lunes, 25 de mayo de 2009
Acerca de la crítica de Marx a Hegel
Resumen de la “CRITICA A LA FILOSOFÍA DEL DERECHO DE HEGEL” DE CARLOS MARX.
A continuación presento un breve resumen del texto juvenil de Marx, puede el lector juzgar los errores en los que hemos incurrido así como de antemano reconocemos la existencia de mejores lecturas y comentarios sobre los textos juveniles de Marx, pero nuestra intención ha sido sobre todo la aclaración personal de nuestra comprensión del texto, cualquier sugerencia o comentario será bien recibida siempre que tengan que ver con el texto leído o ideas vinculadas al filósofo en mención.
Las observaciones expuestas en este breve texto por el joven Marx tienen por objetivo “desmitificar” aspectos importantes del Derecho, el Estado y la Política. Tales mistificaciones en la época de Marx, hallaban su máxima expresión en la filosofía política de Hegel, concretizados en su “filosofía del derecho” texto al que como se ha visto, comenta Marx en su mayor parte.
Las observaciones hechas tienen como punto de partida el parágrafo 261 y terminan con la cita literal del parágrafo 313. Marx comenta estos 52 parágrafos de modo muy crítico y agudo, denunciando lo que el denomina “todo el misterio de la filosofía del derecho y de la filosofía hegeliana en general”.
Las lecturas, comentarios y alcances realizadas por el profesor en clase nos han permitido afianzar esta idea de “dividir” metodológicamente el texto en algunos tópicos que a continuación pasaremos a desarrollar, tomando siempre en cuenta el texto mismo y remitiéndonos a las tesis expuestas por el propio Marx.
En primer lugar, encontramos esta idea de la “antinomia no resuelta” expuesta sobre todo en el parágrafo 261, luego de ésta observación se sigue lo que Marx denomina el “misticismo lógico” tratado en el parágrafo que va del 262 al 267, así mismo, encontramos en los parágrafos que van del 268 hasta el 279, la critica a la “apariencia del conocimiento del estado como organismo”. Hasta este punto, la crítica es de carácter teórico.
Por otro lado, desde el parágrafo 280 hasta el 297, Marx evalúa esta cuestión del corporativismo propuesto por Hegel y su consecuente fetichización del Estado. Así mismo, en lo que resta de los demás parágrafos, Marx saca a la luz lo que el denomina “La lógica burocrática del Estado moderno”; es decir, la consecuencia natural derivada de la idealización del estado así como el papel desempeñado en dicho estado por los burócratas en nombre del “bien común”. Estas dos últimas partes son ya de carácter práctico como se podrá notar.
Respecto al primer punto, Marx nos hace ver que Hegel al plantear su “filosofía del derecho” cree haber resuelto la dicotomía entre los intereses egoístas del hombre libre y su necesidad de vivir en sociedad, es decir, los intereses que son inconciliables en la “sociedad civil” , según Hegel, se concilian en el Estado.
Para que ello sea posible comenta Marx, Hegel ha desarrollado un “nuevo” concepto de libertad (positiva) marcando distancia respecto de la tradición liberal y su noción de libertad , que entre otros puntos, asumían una noción negativa de la libertad, es decir, la libertad concebida como ausencia de coerción.
Para Hegel tal noción de libertad no es más que una estrategia no justificada, reprocha el que los liberales no tengan una noción clara y concreta de la libertad.
Al respecto Hegel sostiene que la libertad del individuo consiste en que sus intereses particulares coincidan armoniosamente con los intereses del Estado, con el bienestar común. Esto debido a que según Hegel, solo en el estado de derecho moderno, el individuo adquiere rango de ciudadano y éste nace dentro de una sociedad con deberes y derechos que el estado garantiza. En otros términos, el individuo garantiza su existencia sólo si es reconocido por el estado, es decir, si reconoce y se subordina al estado.
Pero ¿Por qué Hegel sostiene esto? Marx nota que el fundamento del estado se halla estrechamente vinculado a la propiedad privada, el estado es el régimen estatal de la propiedad privada: “La constitución política en su más alta expresión es, pues, la constitución de la propiedad privada”.
Esta situación genera un conflicto, por un lado los intereses particulares del individuo y por otro, los intereses del estado en cuyo seno se defiende los intereses de un grupo deseoso de mantener y aumentar la propiedad privada. Este conflicto entre intereses del individuo que ahora es un “ciudadano, con los intereses del estado, terminan siendo un grave conflicto en la sociedad moderna.
Marx observa que Hegel no ha resuelto realmente tal conflicto o antinomia, solo ha intentado diluirla reduciendo al hombre concreto, activo, práctico a un mero ciudadano sometido al estado. Solo despojando al hombre de sus habilidades y cualidades privadas, logra Hegel aparentemente conciliar estas oposiciones entre individuo y estado, en otras palabras, entre estado y sociedad civil. A esto es lo que Marx denomina la “antinomia no resuelta”, el desvanecimiento de la individualidad concreta en aras de una totalidad abstracta.
Esto conduce a Marx al siguiente punto, el problema del “Misticismo lógico” presente en las ideas de Hegel. Para Marx, el problema en el que recae Hegel, consiste en que éste termina abstrayendo conceptos empíricos desarrollándolos y entendiéndolos en un plano puramente formal, y todo termina siendo un juego lógico, convirtiendo a los sujetos en predicados, es decir, Hegel termina por confundir “El asunto de la lógica con la lógica del asunto”.
Marx hace notar que bajo el razonamiento Hegeliano, el ciudadano termina siendo una mera creación del estado, una forma inferior al estado, en otros términos, el ciudadano se convierte en una categoría derivada. Tal misticismo del lenguaje según Marx, hace que Hegel confunda las propiedades del individuo con las del conjunto: “Hegel transforma siempre a la idea en sujeto y hace del sujeto real propiamente dicho, el predicado”. En esto precisamente sostiene Marx, se haya presente todo el misterio de la filosofía del derecho.
La filosofía de Hegel es, pues, para Marx la apología a un estado concreto, y, por tanto se haya ligada a determinados fenómenos sociales. Unos de estos fenómenos evidentes es lo que Marx denomina “La burocratización y el fetichismo del estado” para Hegel la burocracia es la encargada de velar el cumplimiento cabal de los fines del estado, es decir, el predominio de los intereses de la “Voluntad general” sobre los “intereses particulares egoístas”.
Esto es posible según Hegel debido a que ésta burocracia hace coincidir sus fines e intereses con la del estado. Con ello, la burocracia asume un rol importante en la constitución del “Estado de Derecho moderno”.
Frente a ello Marx hace notar que la burocracia, en tanto que individuos movidos por sus propias necesidades y motivaciones, lo que terminan por realizar es la de introducir sus intereses particulares en la esfera del estado, es decir, buscan universalizar sus intereses personales o los de su grupo desde el Estado.
Así mismo para Marx, la burocracia solo se identifica formalmente con el Estado, con sus fines; pero en realidad no hace sino identificar los fines del Estado con los suyos propios: “El espíritu del Estado”, si es conocido por todos, como también la opinión pública aparecen ante la burocracia como una traición a su misterio. La autoridad es, en consecuencia, el principio de su sabiduría y la idolatría de la autoridad constituye sus sentimiento”.
Con esto, Marx hace notar que la burocracia no es lo que Hegel pretende mostrar y resaltar, muy por el contrario, la burocracia termina existiendo a costas de la “sociedad civil” minimizando el papel transformador y activo del individuo social. Con esto Marx busca pues engrandecer y resaltar la sociedad civil frente al estado y su burocracia; generando con ello las condiciones para el surgimiento de una sociedad civil que haga posible la existencia de individuos libres, autónomos, donde solo él y sus habilidades en interacción con los demás garanticen su existencia satisfactoria.
A continuación presento un breve resumen del texto juvenil de Marx, puede el lector juzgar los errores en los que hemos incurrido así como de antemano reconocemos la existencia de mejores lecturas y comentarios sobre los textos juveniles de Marx, pero nuestra intención ha sido sobre todo la aclaración personal de nuestra comprensión del texto, cualquier sugerencia o comentario será bien recibida siempre que tengan que ver con el texto leído o ideas vinculadas al filósofo en mención.
Las observaciones expuestas en este breve texto por el joven Marx tienen por objetivo “desmitificar” aspectos importantes del Derecho, el Estado y la Política. Tales mistificaciones en la época de Marx, hallaban su máxima expresión en la filosofía política de Hegel, concretizados en su “filosofía del derecho” texto al que como se ha visto, comenta Marx en su mayor parte.
Las observaciones hechas tienen como punto de partida el parágrafo 261 y terminan con la cita literal del parágrafo 313. Marx comenta estos 52 parágrafos de modo muy crítico y agudo, denunciando lo que el denomina “todo el misterio de la filosofía del derecho y de la filosofía hegeliana en general”.
Las lecturas, comentarios y alcances realizadas por el profesor en clase nos han permitido afianzar esta idea de “dividir” metodológicamente el texto en algunos tópicos que a continuación pasaremos a desarrollar, tomando siempre en cuenta el texto mismo y remitiéndonos a las tesis expuestas por el propio Marx.
En primer lugar, encontramos esta idea de la “antinomia no resuelta” expuesta sobre todo en el parágrafo 261, luego de ésta observación se sigue lo que Marx denomina el “misticismo lógico” tratado en el parágrafo que va del 262 al 267, así mismo, encontramos en los parágrafos que van del 268 hasta el 279, la critica a la “apariencia del conocimiento del estado como organismo”. Hasta este punto, la crítica es de carácter teórico.
Por otro lado, desde el parágrafo 280 hasta el 297, Marx evalúa esta cuestión del corporativismo propuesto por Hegel y su consecuente fetichización del Estado. Así mismo, en lo que resta de los demás parágrafos, Marx saca a la luz lo que el denomina “La lógica burocrática del Estado moderno”; es decir, la consecuencia natural derivada de la idealización del estado así como el papel desempeñado en dicho estado por los burócratas en nombre del “bien común”. Estas dos últimas partes son ya de carácter práctico como se podrá notar.
Respecto al primer punto, Marx nos hace ver que Hegel al plantear su “filosofía del derecho” cree haber resuelto la dicotomía entre los intereses egoístas del hombre libre y su necesidad de vivir en sociedad, es decir, los intereses que son inconciliables en la “sociedad civil” , según Hegel, se concilian en el Estado.
Para que ello sea posible comenta Marx, Hegel ha desarrollado un “nuevo” concepto de libertad (positiva) marcando distancia respecto de la tradición liberal y su noción de libertad , que entre otros puntos, asumían una noción negativa de la libertad, es decir, la libertad concebida como ausencia de coerción.
Para Hegel tal noción de libertad no es más que una estrategia no justificada, reprocha el que los liberales no tengan una noción clara y concreta de la libertad.
Al respecto Hegel sostiene que la libertad del individuo consiste en que sus intereses particulares coincidan armoniosamente con los intereses del Estado, con el bienestar común. Esto debido a que según Hegel, solo en el estado de derecho moderno, el individuo adquiere rango de ciudadano y éste nace dentro de una sociedad con deberes y derechos que el estado garantiza. En otros términos, el individuo garantiza su existencia sólo si es reconocido por el estado, es decir, si reconoce y se subordina al estado.
Pero ¿Por qué Hegel sostiene esto? Marx nota que el fundamento del estado se halla estrechamente vinculado a la propiedad privada, el estado es el régimen estatal de la propiedad privada: “La constitución política en su más alta expresión es, pues, la constitución de la propiedad privada”.
Esta situación genera un conflicto, por un lado los intereses particulares del individuo y por otro, los intereses del estado en cuyo seno se defiende los intereses de un grupo deseoso de mantener y aumentar la propiedad privada. Este conflicto entre intereses del individuo que ahora es un “ciudadano, con los intereses del estado, terminan siendo un grave conflicto en la sociedad moderna.
Marx observa que Hegel no ha resuelto realmente tal conflicto o antinomia, solo ha intentado diluirla reduciendo al hombre concreto, activo, práctico a un mero ciudadano sometido al estado. Solo despojando al hombre de sus habilidades y cualidades privadas, logra Hegel aparentemente conciliar estas oposiciones entre individuo y estado, en otras palabras, entre estado y sociedad civil. A esto es lo que Marx denomina la “antinomia no resuelta”, el desvanecimiento de la individualidad concreta en aras de una totalidad abstracta.
Esto conduce a Marx al siguiente punto, el problema del “Misticismo lógico” presente en las ideas de Hegel. Para Marx, el problema en el que recae Hegel, consiste en que éste termina abstrayendo conceptos empíricos desarrollándolos y entendiéndolos en un plano puramente formal, y todo termina siendo un juego lógico, convirtiendo a los sujetos en predicados, es decir, Hegel termina por confundir “El asunto de la lógica con la lógica del asunto”.
Marx hace notar que bajo el razonamiento Hegeliano, el ciudadano termina siendo una mera creación del estado, una forma inferior al estado, en otros términos, el ciudadano se convierte en una categoría derivada. Tal misticismo del lenguaje según Marx, hace que Hegel confunda las propiedades del individuo con las del conjunto: “Hegel transforma siempre a la idea en sujeto y hace del sujeto real propiamente dicho, el predicado”. En esto precisamente sostiene Marx, se haya presente todo el misterio de la filosofía del derecho.
La filosofía de Hegel es, pues, para Marx la apología a un estado concreto, y, por tanto se haya ligada a determinados fenómenos sociales. Unos de estos fenómenos evidentes es lo que Marx denomina “La burocratización y el fetichismo del estado” para Hegel la burocracia es la encargada de velar el cumplimiento cabal de los fines del estado, es decir, el predominio de los intereses de la “Voluntad general” sobre los “intereses particulares egoístas”.
Esto es posible según Hegel debido a que ésta burocracia hace coincidir sus fines e intereses con la del estado. Con ello, la burocracia asume un rol importante en la constitución del “Estado de Derecho moderno”.
Frente a ello Marx hace notar que la burocracia, en tanto que individuos movidos por sus propias necesidades y motivaciones, lo que terminan por realizar es la de introducir sus intereses particulares en la esfera del estado, es decir, buscan universalizar sus intereses personales o los de su grupo desde el Estado.
Así mismo para Marx, la burocracia solo se identifica formalmente con el Estado, con sus fines; pero en realidad no hace sino identificar los fines del Estado con los suyos propios: “El espíritu del Estado”, si es conocido por todos, como también la opinión pública aparecen ante la burocracia como una traición a su misterio. La autoridad es, en consecuencia, el principio de su sabiduría y la idolatría de la autoridad constituye sus sentimiento”.
Con esto, Marx hace notar que la burocracia no es lo que Hegel pretende mostrar y resaltar, muy por el contrario, la burocracia termina existiendo a costas de la “sociedad civil” minimizando el papel transformador y activo del individuo social. Con esto Marx busca pues engrandecer y resaltar la sociedad civil frente al estado y su burocracia; generando con ello las condiciones para el surgimiento de una sociedad civil que haga posible la existencia de individuos libres, autónomos, donde solo él y sus habilidades en interacción con los demás garanticen su existencia satisfactoria.
sábado, 31 de enero de 2009
Acerca de las nociones de "hecho" y "cosa" en Wittgenstein
“HECHO” Y “COSA” EN EL TRACTATUS DE WITTGENSTEIN[1]
A nuestro parecer, el meollo del Tractatus de Wittgenstein se va configurando en los primeros parágrafos introductorios. Sin embargo, las interpretaciones de las mismas no obedecen necesariamente al orden propuesto por el autor, sino que muchas veces se hace necesario comenzar la reflexión por la observación de la observación de un parágrafo.
Tal situación anecdótica se irá manifestando en este breve artículo sobre uno de los puntos que a nuestro entender se hace necesario aclarar, a saber, la distinción clara que Wittgenstein realiza en torno a lo que es un “Hecho” y lo que es una “Cosa”.
Para tal fin, preciso es que de antemano se tome en cuenta algunas ideas centrales esbozadas por Wittgenstein en su prologo así como en parágrafos posteriores. Ideas centrales como por ejemplo de que las constantes lógicas no representan nada del mundo y, junto con esta, la idea de que la lógica pertenece a lo que es mostrado y no a lo que es dicho.
Al inicio del Tractatus Wittgenstein sostiene lo siguiente:
El mundo es todo lo que es el caso[2]
1.1. El mundo es la totalidad de los hechos, no de las cosas
1.11. El mundo viene determinado por los hechos, y por ser estos todos los hechos.
1.12. Porque la totalidad de los hechos determina lo que es el caso y también todo cuanto no es el caso.
1.13. Los hechos en el espacio lógico son el mundo.
1.2. El mundo se descompone en hechos.
1.21. Algo puede ser el caso o no ser el caso, y todo lo demás permanecer igual.
De acuerdo a ello, podemos percibir claramente la necesidad que urge a Wittgenstein de distinguir entre lo que son hechos y lo que son cosas.
Ahora, ¿En qué consiste esta diferencia? Es lo que precisamente se hace notar en los comentarios de primer parágrafo y estos a su vez por sub comentarios. Por ejemplo 1.13 y 1.21 Si comenzamos analizando 1.21 que dice: “Cada cosa puede ser el caso o no ser el caso, mientras que todo lo demás permanece igual”.
Esto quiere decir a nuestro modo de entender, que lo que es el caso está absolutamente indeterminado por ser el caso de algo más. Sin embargo, lo que Wittgenstein sugiere es que ser el caso de algo no está determinado por ser el caso de algo más en lo que concierne a la lógica. Es decir, el sentido en que ocurren las cosas necesariamente no es el de la necesidad en el sentido lógico[3]. Empero, si se toma en cuenta 1.13, se concluye que debe haber una conexión entre la lógica y los hechos ya que lo hechos en el espacio lógico son los que constituyen al mundo. Pero ¿En qué consiste el espacio lógico?[4]
Para comprender ello tomemos en cuenta las siguientes proposiciones:
2 Lo que es el caso-un hecho-es la existencia de estado de cosas.
2.01 Un estado de cosas es una combinación de objetos (cosas).
2.011 Es esencial a las cosas ser posibles constituyentes de estado de cosas.
2.012 En la lógica nada es casual: Si la cosa puede ocurrir en el estado de cosas, la posibilidad del estado de cosas tiene que venir ya prejuzgada en la cosa.
Si buscamos ejemplificar lo expuesto, ello se daría de la siguiente manera: si tomamos la proposición “Lima es una ciudad grande” y “Tacna es una ciudad pequeña”, ambas afirmaciones representarían un estado de cosas. Estos estados de cosas se mantienen en el mundo; pero no olvidemos que esto no podría haber sucedido así. La ciudad de Lima pudo haber sido pequeña y Tacna una ciudad grande.
Ello no refleja más que la complejidad que presentan los estados de cosas ya que podemos imaginarlos cambiados de orden, los elementos que la conforman pueden tener diferentes combinaciones que las que ya presentan. Sin embargo, en 2.012, Wittgenstein nos dice que en la lógica nada es casual, que una cosa puede ocurrir en un estado de cosas, dicha posibilidad de este estado de cosas debe estar ya escrita en la cosa misma.
De esta manera según nuestro ejemplo, está en Lima y en Tacna que son ciudades que pueden ser grandes o pequeñas. Hay un ámbito de posibilidades en que ambas ciudades pueden encajar.
Ahora, cuáles de estos estados de cosas son los reales no es asunto de la lógica; pero cuales estados de cosas son posibles si es una cuestión de lógica.
Que Lima sea una ciudad grande o pequeña es una cuestión de hecho, pero es cuestión de lógica que puede ser lo uno o lo otro.
En 1.1 Wittgenstein dice: “el mundo es la totalidad de los hechos no de las cosas”. Con ello Wittgenstein ya esta diferenciando claramente entre “hecho” y “cosa”, si también tomamos en cuenta las ideas anteriores.
Si alguien sostuviera la idea de que el mundo es una totalidad de cosas, estaría pasando por alto que estas cosas encajan o se combinan unas con otras. Por eso, es correcto dentro de este razonamiento sostener que las cosas existen sólo en los hechos.
En qué hecho puede combinarse una cosa es, algo que ya está predeterminado en la naturaleza de la cosa. Ello es la razón de por qué no sean las cosas, sino los hechos, y no solo los hechos, sino los hechos en el espacio lógico, los que constituyen el mundo.
Notas:
[1] Para toda lectura, análisis y comentarios se ha tomado en cuenta el texto de L. Wittgenstein: Tractatus Lógico-Philophicus, Alianza Editorial, Madrid, 2002, versión e introducción de Jacobo Muñoz e Isidoro Reguera
[2] Por las aclaraciones hechas en clase por el profesor, compartimos a idea de que es mejor entender este término como “acontecer o suceder” y no tanto como “caso” por lo que ello implica.
[3] Podemos percatarnos que tal afirmación no es más que otro modo de decir que la lógica no determina lo que es el caso.
[4] Es de notar que si dilucidamos tal interrogante nos será más sencillo comprender por qué el mundo es la totalidad de los hechos, no de las cosas.
A nuestro parecer, el meollo del Tractatus de Wittgenstein se va configurando en los primeros parágrafos introductorios. Sin embargo, las interpretaciones de las mismas no obedecen necesariamente al orden propuesto por el autor, sino que muchas veces se hace necesario comenzar la reflexión por la observación de la observación de un parágrafo.
Tal situación anecdótica se irá manifestando en este breve artículo sobre uno de los puntos que a nuestro entender se hace necesario aclarar, a saber, la distinción clara que Wittgenstein realiza en torno a lo que es un “Hecho” y lo que es una “Cosa”.
Para tal fin, preciso es que de antemano se tome en cuenta algunas ideas centrales esbozadas por Wittgenstein en su prologo así como en parágrafos posteriores. Ideas centrales como por ejemplo de que las constantes lógicas no representan nada del mundo y, junto con esta, la idea de que la lógica pertenece a lo que es mostrado y no a lo que es dicho.
Al inicio del Tractatus Wittgenstein sostiene lo siguiente:
El mundo es todo lo que es el caso[2]
1.1. El mundo es la totalidad de los hechos, no de las cosas
1.11. El mundo viene determinado por los hechos, y por ser estos todos los hechos.
1.12. Porque la totalidad de los hechos determina lo que es el caso y también todo cuanto no es el caso.
1.13. Los hechos en el espacio lógico son el mundo.
1.2. El mundo se descompone en hechos.
1.21. Algo puede ser el caso o no ser el caso, y todo lo demás permanecer igual.
De acuerdo a ello, podemos percibir claramente la necesidad que urge a Wittgenstein de distinguir entre lo que son hechos y lo que son cosas.
Ahora, ¿En qué consiste esta diferencia? Es lo que precisamente se hace notar en los comentarios de primer parágrafo y estos a su vez por sub comentarios. Por ejemplo 1.13 y 1.21 Si comenzamos analizando 1.21 que dice: “Cada cosa puede ser el caso o no ser el caso, mientras que todo lo demás permanece igual”.
Esto quiere decir a nuestro modo de entender, que lo que es el caso está absolutamente indeterminado por ser el caso de algo más. Sin embargo, lo que Wittgenstein sugiere es que ser el caso de algo no está determinado por ser el caso de algo más en lo que concierne a la lógica. Es decir, el sentido en que ocurren las cosas necesariamente no es el de la necesidad en el sentido lógico[3]. Empero, si se toma en cuenta 1.13, se concluye que debe haber una conexión entre la lógica y los hechos ya que lo hechos en el espacio lógico son los que constituyen al mundo. Pero ¿En qué consiste el espacio lógico?[4]
Para comprender ello tomemos en cuenta las siguientes proposiciones:
2 Lo que es el caso-un hecho-es la existencia de estado de cosas.
2.01 Un estado de cosas es una combinación de objetos (cosas).
2.011 Es esencial a las cosas ser posibles constituyentes de estado de cosas.
2.012 En la lógica nada es casual: Si la cosa puede ocurrir en el estado de cosas, la posibilidad del estado de cosas tiene que venir ya prejuzgada en la cosa.
Si buscamos ejemplificar lo expuesto, ello se daría de la siguiente manera: si tomamos la proposición “Lima es una ciudad grande” y “Tacna es una ciudad pequeña”, ambas afirmaciones representarían un estado de cosas. Estos estados de cosas se mantienen en el mundo; pero no olvidemos que esto no podría haber sucedido así. La ciudad de Lima pudo haber sido pequeña y Tacna una ciudad grande.
Ello no refleja más que la complejidad que presentan los estados de cosas ya que podemos imaginarlos cambiados de orden, los elementos que la conforman pueden tener diferentes combinaciones que las que ya presentan. Sin embargo, en 2.012, Wittgenstein nos dice que en la lógica nada es casual, que una cosa puede ocurrir en un estado de cosas, dicha posibilidad de este estado de cosas debe estar ya escrita en la cosa misma.
De esta manera según nuestro ejemplo, está en Lima y en Tacna que son ciudades que pueden ser grandes o pequeñas. Hay un ámbito de posibilidades en que ambas ciudades pueden encajar.
Ahora, cuáles de estos estados de cosas son los reales no es asunto de la lógica; pero cuales estados de cosas son posibles si es una cuestión de lógica.
Que Lima sea una ciudad grande o pequeña es una cuestión de hecho, pero es cuestión de lógica que puede ser lo uno o lo otro.
En 1.1 Wittgenstein dice: “el mundo es la totalidad de los hechos no de las cosas”. Con ello Wittgenstein ya esta diferenciando claramente entre “hecho” y “cosa”, si también tomamos en cuenta las ideas anteriores.
Si alguien sostuviera la idea de que el mundo es una totalidad de cosas, estaría pasando por alto que estas cosas encajan o se combinan unas con otras. Por eso, es correcto dentro de este razonamiento sostener que las cosas existen sólo en los hechos.
En qué hecho puede combinarse una cosa es, algo que ya está predeterminado en la naturaleza de la cosa. Ello es la razón de por qué no sean las cosas, sino los hechos, y no solo los hechos, sino los hechos en el espacio lógico, los que constituyen el mundo.
Notas:
[1] Para toda lectura, análisis y comentarios se ha tomado en cuenta el texto de L. Wittgenstein: Tractatus Lógico-Philophicus, Alianza Editorial, Madrid, 2002, versión e introducción de Jacobo Muñoz e Isidoro Reguera
[2] Por las aclaraciones hechas en clase por el profesor, compartimos a idea de que es mejor entender este término como “acontecer o suceder” y no tanto como “caso” por lo que ello implica.
[3] Podemos percatarnos que tal afirmación no es más que otro modo de decir que la lógica no determina lo que es el caso.
[4] Es de notar que si dilucidamos tal interrogante nos será más sencillo comprender por qué el mundo es la totalidad de los hechos, no de las cosas.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)